Unos días después, los Queens of the Stone Age continuaban su gira en Oslo (Noruega) y ahí si que tocaba montarla. Ejerciendo de cabezas de cartel en el Wood Festival, alguien del público que buscaba su momento de gloria increpó a Josh desde las primeras filas y, al ver que este no respondía a sus insultos, lanzó un vaso de plástico. El artista paró la música y esto, literalmente, fue lo que dijo: “Hazme el favor, no me tires mierda. Si me tiras algo, no estoy tan enfermo como para no bajar ahí y pegarte una puta hostia, ¿sabes lo que digo? Quizá tenga una temperatura de 102 y haya estado vomitando durante tres días pero aún así te daré por culo delante de todos tus amigos. ¡Ey, tu, el que está ahí! ¡Ey tu, el del puto sombrero! ¡Ey, marica! Date la vuelta, ¡puto marica de pelo negro! ¡Gírate, jodido gallina maricón! ¡Ey, tu, maricón hijo de puta! ¡Te voy a joder! ¡Sube aquí! ¡Sube aquí, jodido maricón! ¿Sabes qué? ¡Sube tu puto culo aquí! Eres tan jodidamente estúpido que subirás aquí. Subidlo aquí para que pueda pegarle una patada en la cara. Puto cabrón invisible. ¡Vuélvete a casa de mamá, puto zurullo despollado de doce años! Y sus amigos, ¿queréis tirar vosotros algo o estáis bien? ¿Todos bien? Sabéis, de cualquier forma, este puto zurullo despollado no tiene amigos. Vine para el resto de vosotros, no para este gilipollas."Parece imposible decir más insultos en menos tiempo. Ni los Matamoros en ese ring televisivo llamado Crónicas Marcianas, ni Risto (Stoichkov, no Mejide, que era mucho más duro) cuando le anulaban un gol superan el índice de violencia verbal de Josh Homme. Gran músico pero, como él mismo dice en una de sus canciones, everybody knows that you’re insane...

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