Rock in Río toma su nombre de las ediciones anteriores celebradas en Brasil o Portugal, donde si había Río y también Rock, mucho Rock: Queen, Guns and Roses, Aerosmith, AC/DC y otros nombres legendarios han ilustrado sus carteles. La versión cañí no es más que una excusa para construir un pabellón con dinero de la Comunidad, recalificar los terrenos y disparar los precios de las nuevas urbanizaciones en Arganda. Un pelotazo más, pero esta vez escudado en el apoyo a la música. Si entras en la web del Rock in Río, no ves biografías de los artistas, ni fotos, ni datos que fomenten el interés por la música. Sólo anuncios de todo (banners, pop up’s, url’s...), mucha publicidad de los patrocinadores (que nada tienen que ver con el mundo de la música) y venta de entradas online. Más que la web de un festival, parece la de un parque de atracciones, que más o menos es lo que será “ciudad del Rock” con su noria gigante, pista de esquí y demás parafernalia. Lástima que la primera visita de Neil Young a nuestro país tenga este escenario impropio de su categoría.
Si alguien tiene previsto pasarse para ver a
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