jueves, 26 de junio de 2008

Ni ROCK ni RÍO

El pasado sábado estuve en Arganda del Rey para ver el último concierto de Peluze, un grupo que siempre he recomendado y del que, con el tiempo, lamentaremos haber dejado morir. Frente al escenario, con cartel gigante del Rock in Río. Esa imagen me impactó, porque para ver a Peluze (junto a los míticos Sou Edipo) estábamos en familia, muy pocos, pese a ser al aire libre y gratis. Pero en el Rock in Río habrá miles de personas, de esos que sólo les gusta la música un día y se pasarán el resto del año sin pisar otro concierto. España es, después de Japón, el país que más paga a los artistas internacionales. El paraíso de los grupos veteranos que no pasan por su mejor momento y vienen aquí a hacer el agosto. También somos el país que más castiga a los talentos autóctonos, sólo hay que comprobar el nulo riesgo que han asumido los organizadores del Rock in Río al confeccionar el cartel. El Canto del Loco, Manolo García, Rosario Flores, Estopa, Alejandro Sanz... nada nuevo bajo el sol. Podrían haber incluido a Melendi, Nena da Conte o King Africa y se habrían quedado tan a gusto, argumentando que se trata de un festival “ecléctico y multicultural”. La única formación “alternativa” que actuará serán The Cabriolets y no por merito propio, sino porque su cantante es Bimba Bosé, que algo habrá influido. De Amy Winehouse no voy a hablar porque ya lo hice antes de su fama desmesurada por motivos extra musicales, sólo diré que muchos de los que vayan por morbo se quedarán con las ganas, pues seguro que cancelará su show. Después de sus lamentables últimos conciertos (sin voz, sin ganas y sin saber ni donde estaba) es lo mejor que podría pasar.
Rock in Río toma su nombre de las ediciones anteriores celebradas en Brasil o Portugal, donde si había Río y también Rock, mucho Rock: Queen, Guns and Roses, Aerosmith, AC/DC y otros nombres legendarios han ilustrado sus carteles. La versión cañí no es más que una excusa para construir un pabellón con dinero de la Comunidad, recalificar los terrenos y disparar los precios de las nuevas urbanizaciones en Arganda. Un pelotazo más, pero esta vez escudado en el apoyo a la música. Si entras en la web del Rock in Río, no ves biografías de los artistas, ni fotos, ni datos que fomenten el interés por la música. Sólo anuncios de todo (banners, pop up’s, url’s...), mucha publicidad de los patrocinadores (que nada tienen que ver con el mundo de la música) y venta de entradas online. Más que la web de un festival, parece la de un parque de atracciones, que más o menos es lo que será “ciudad del Rock” con su noria gigante, pista de esquí y demás parafernalia. Lástima que la primera visita de Neil Young a nuestro país tenga este escenario impropio de su categoría.
Si alguien tiene previsto pasarse para ver a
Alanis Morrisette, que no se asuste, este es el aspecto actual de la cantautora canadiense. Si algún escéptico todavía cree que Elvis está vivo, que busque dentro de estómago de Alanis. Lo siento Rock in Río, yo NO VOY.

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