martes, 23 de septiembre de 2008
Indie con soul mezclado, no agitado
El primer dúo en la historia de 007. Su título Another way to die es lo de menos… ¿qué más da si es Die another die, Tomorrow never die o cualquier otra frase molona que termine en Die?. La familia Broccoli sigue adaptándose a los nuevos tiempos y confía en el buen hacer de White, responsable de The White Stripes y The Racounters, de cuya mente han surgidos canciones imprescindibles en mi mp3 y en mis sesiones como Fell in love with a girl, Steady as she goes o la célebre Seven nation army. Este Another way to die no es comparable pero conserva ese toque extraño, elegante e incómodo a la vez, que caracteriza a las composiciones de Jack White. Valiente adquisición al catálogo de canciones del agente secreto, aunque mi favorita es (y creo que seguirá siendo por mucho tiempo) Live and let die de Paul McCartney and the Wings.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
…Y al tercer premio, resucitó
En realidad, estos premios a Britney Spears no son más que un intento de encauzar su decadente carrera. Después de agredir a periodistas, raparse el pelo a lo V de Vendetta, probar todas las drogas inventadas y por inventar, confesarse alérgica a la ropa interior, someter a su cuerpo a más cambios que Robert de Niro en Toro Salvaje, demostrar ser más peligrosa que Farruquito al volante y cuidar a su hijo peor que Michael Jackson, era el momento de que los americanos más paternalistas perdonasen sus excentricidades y reconociesen un talento que nunca existió. En una sociedad tan artificial y artificiera como la estadounidense no es de extrañar que una ex atleta cristiana, aspirante a Miss, que robaba dinero de las arcas del Estado y tiene una hija de 17 años embarazada, se haya convertido en la nueva esperanza de los republicanos más recalcitrantes. ¿Terminará Britney Spears siendo senadora o gobernadora?. Ni los guionistas de Padre de Familia lo habrían hecho mejor.
sábado, 6 de septiembre de 2008
Revolucionaria contradicción
Con el Che pasa como con Gardel, Evita Perón o Maradona (curiosamente todos argentinos), que aunque la gente no tenga ni idea de tangos, política o fútbol, hablan de ellos como si los conocieran de toda la vida. Son franquicias de las que se han hecho películas, musicales, ropa, complementos y hasta se han creado religiones con su nombre. Su sola presencia resulta rentable. Sin embargo, después de ver la película, creo que Soderbergh no se embarcó en este proyecto únicamente por dinero, sino porque fue seducido por el personaje. Rodada en 40 días, el director consigue reflejar precisamente eso, las contradicciones del Che. Un hombre que duda si ser médico o guerrillero. Que sufre asma y no cesa de fumar puros. Que abandona a su familia para defender la causa de un pueblo que no es el suyo. Que se siente más cómodo perdido en la selva que sentado en el despacho de un burócrata. No se que pensarán los portadores de camisetas, pero como retratista Soderbergh realiza un trabajo excepcional, a la espera de ver su continuación Guerrilla que, otra contradicción más, se rodó antes que la primera.