martes, 25 de septiembre de 2007

TRACI ES ÚNICA

Ahora que el cartel del remake de “Hairspray” decora todas las paradas de los autobuses, voy a permitirme rendir un humilde tributo a la diva trash Traci Lords. Habitual sueño húmedo en la generación de los 80 reconvertido a la cultura rave y musa de John Waters (impagable en su película Cry Baby junto a Johnny Depp), Traci demuestra en este video que ella me se merece más que la Ciccone el sobrenombre de "la ambición rubia".
No os perdáis el final del video si queréis ver el cameo de John Waters haciendo de las suyas.

ENCUESTA FINALIZADA: SONORAMA WINS!

Según internautas de esta humilde web que han participado en la encuesta, así queda la clasificación:


1. SONORAMA Con el 46% de los votos, la décima edición de este festival arandino ha funcionado pese a las ausencias de Interpol o Mando Diao. Independientemente del cartel, el buen ambiente, la implicación de los organizadores y el precio han resultado determinantes. Puedes leer la crónica en los posts de este foro Día 1 y Día 2 .

EMPATE FIB y SUMMERCASE Ambos festivales, los dos con el elenco más ambicioso de artistas internacionales, han empatado con el 26% de votos cada uno. Muse fueron los mejores del FIB en un fin de fiesta memorable y la épica tampoco faltó con la doble visita de los canadienses Arcade Fire a Madrid y Barcelona. Aquí teneis unos videos de su actuación por cortersía de mi teléfono móvil:Arcade Fire y Kaiser Chiefs es Summercase 2007.

4. METROROCK Complicado lo tenía el festival madrileño ante tanto peso pesado. El cesped no ha sido suficiente para convencer a los internautas, aunque acertaron en la iniciativa de concentrar a todos los artistas en un solo día y traer a Bad Religion como única actuación en España. Los mejor, sin duda, los teenagers Enter Shikari.
Revive el show de Bad Religion y su mítica Punk Rock Song.

En breve, una nueva encuesta.

lunes, 24 de septiembre de 2007

LA JUNGLA CUATRO PUNTOS MENOS

No quiero ser pesado hablando otra vez de secuelas, precuelas y, en definitiva, de innecesarias nuevas entregas de películas míticas de los años 80-90 al servicio de la tecnología del 2000. Como sucedió con Alien, con la tercera entrega todos dábamos por cerrada la saga y nos sorprendimos, aunque visto lo visto se la podrían haber ahorrado. La Jungla de cristal IV (ó 4.0, ahora la pregunta es si habrá 4.5, como con el Photoshop) sigue a rajatabla estos postulados propios del Star System para convertirse en el último blockbuster del verano. La recaudación ha sido más bien discreta, pero hay cuatro puntos decisivos que separan la fundamental primera parte de este mero entretenimiento de usar y tirar. Vamos punto a punto, como hacía Irureta con sus cuentas de la lechera en el Depor:

1. El director: Para bien o para mal, John McTiernan (La junga 1 y 3) domina todos los parámetros del cine de acción estadounidense. En la segunda entrega, Renny Harlin cumple, aunque está muy lejos de sus clásicos a reinvindicar Pesadilla en Elm Street IV o Las aventuras de Ford Farlaine (el detective rockanrollero). En esta 4.0 tras la cámara está Len Wiseman, baluarte de esa generación de realizadores que han crecido con un Mac debajo del brazo (en su anterior película Underworld Evolution, solo faltaba que en la pantalla pusiera de forma intermitente Press Start para confundirla con la intro de un videojuego). Menos digitalizar y más explosiones con extras de los de toda la vida, señor Wiseman.

2. El malo: No me refiero a Fernando Torres, sino a Jeremy Irons, sin duda el mejor enemigo al que se ha enfrentado John McClane. Por mucho que Timothy Oliphant sea el último icono gay, su personaje es plano y previsible.

3. La duración: Ya lo dijo el gran Billy Wilder, en esta vida todo nos parece demasiado largo excepto nuestra propia vida y nuestro propio pene. 130 minutos no es un metraje excesivo, pero en una generación que ha crecido con los videoclips, los anuncios publicitarios y las series B de 90 minutos clavados, como el guión no sea lo suficientemente bueno (que no es el caso) se bosteza.

4. El humor: Como le sucede a la mayoría de nuevos cineastas españoles, pretenden hacer un homenaje y les sale una parodia. Bruce Willis eleva al cubo la chulería del McClane original y hace que pierda encanto, como pasa en Los Simpsons con Homer, que cada capítulo que pasa es un poco más tonto.

Con estos argumentos, considero que los diseñadores gráficos se han equivocado al confeccionar el cartel y deberían haber incluido los elementos fijos en toda película de esta índole: el fuego, el helicóptero y la cara de duro. Ahí van unos ejemplos:


La Jungla de Cristal I y II. Media cara de Bruce Willis perplejo, edificios en llamas y helicópteros explotando, aunque en la secuela se cambia por un avión al desarrollarse en un aeropuerto. La 3 y la 4 ya sacan a Bruce Willis en su totalidad, con cara de duro y sin vehículos que eclipsen su protagonismo.

El "Gobernator" de Californía también es un experto en la matería. Antes de firmar sentencias de muerte en la vida real ya lo hacía en la ficción, donde no podían faltar ni el fuego, ni los helicópteros, ni esa cara de estar diciendo "los yogures con bifidus funcionan".


Por último, en su enésimo alarde de originalidad, el "amiguete" Santiago Segura presentó el cartel de su Torrente 3 como mandan los canones: Coches explotando, fuego y un helicópero que pasa por allí, aportando como novedad la inclusión de Lucia Lapiedra, ex actriz porno adicta (entre otras cosas) a los montajes televisivos. El resultado de crítica y público, comparable al logrado por Schwarzenegger.

Toma nota Garci, si quieres que a tu próxima película acuda público que no tenga que ir con la sonda y el tensiómetro de "Saber vivir" a las salas, prueba a poner a Alfredo Landa o Carlos Hipólito con cara de desconcertados, rodeados de llamaradas de fuego y un helicoptero como el de Esperanza Aguirre y Rajoy surcando los cielos. Igual funciona.

martes, 18 de septiembre de 2007

ROCKSTAR SYSTEM

Con motivo del lanzamiento en DVD de "Last days" (biopic de Kurt Cobain) y el inminente estreno de "I'm not there" (basada en la vida de Bob Dylan), la revista Primera Línea me ha encargado un artículo sobre la sociedad que conforman Cine y Rock. Aquí va un adelanto, el resto, próximamente en los quioscos.




HOLLYWOOD ROCKS!
El cine y el rock estaban condenados a entenderse. Primero fue Elvis con sus movimientos pélvicos, coreografías carcelarias y collares hawaianos de flores. Después unos autoparódicos Beattles, sentando las bases de la estética pop a las órdenes de Richard Lester. Pero la verdadera revolución llegó cuando Milos Forman retrató a Mozart como un díscolo punk rocker con mas excentricidades que Michael Jackson. Oliver Stone repetiría la misma fórmula para redescubrir a los Doors en la década de los noventa, provocando una injustificada invasión de recopilatorios que aún continúa. Vidas contadas en dos horas. Los biopics funcionan. Así lo demuestra el reciente éxito de Ray Charles en Ray, Johnny Cash en Walk the line (ambas con Oscar incluido) y, en menor medida, Kurt Cobain en Last Days.
La revisión de las dudas existenciales del líder de Nirvana, a cargo del irregular Gus Van Sant, dio el pistoletazo de salida a una colección de biopics impensables. Desde el incombustible Iggy Pop a la sugerente Debbie Harry, pasando por los gamberros Mötley Crue (con Tommy Lee a la cabeza) o los tediosos Milli Vanilli (seguro que en tus peores pesadillas están presentes sus trenzas y camisas violetas con hombreras). Preparate, porque las salas de cine van a llenarse de groupies pidiendo los bises.

Una de las propuestas más interesantes a priori es The Passengers, biopic basado en los primeros años de Iggy Pop al frente de los Stooges. Un retrato de la generación de los setenta en Detroit donde, a buen seguro, no escatimarán en drogas, maquillaje, ambigüedad sexual y rock, mucho rock. Se rumorea que en la fase inicial del proyecto, la iguana sexagenaria se quejó al saber que el hobbit Elijah Wood le daría vida en el celuloide, aunque no sabemos si se dio media vuelta bajándose los tejanos hasta los tobillos, como habitúa a hacer Iggy en señal de protesta. Curiosamente, otro de los rostros más populares de la saga de “El señor de los anillos”, Cate Blanchett, hará lo propio con el último ganador del premio Príncipe de Asturias, Bob Dylan, en I’m not there.

El autor de “Knockin’ at Heaven’s Doors” ya plantó a Joan Baez en los sesenta y, cosas del destino, ahora será encarnado por una mujer. El español Agustín Díaz Yanes ya intentó la misma jugada en su adaptación de “Alatriste”, aunque con peor suerte. Ver a Blanca Portillo en la piel del inquisidor Bocanegra infundía de todo menos miedo, pues era inevitable pensar que en cualquier momento aparecería Sole para soltarle una colleja. Son los riesgos del encasillamiento, y sino que pregunten a Corie Feldman, Audrey Tautou o cualquier miembro del reparto de Verano Azul.
Tal vez por este motivo, Kirsten Dunst quiere ser recordada para lo posteridad como algo más que la novia de Spiderman y se ha decidido a inmortalizar en la gran pantalla a Debbie Harry: ex conejita Playboy, musa de John Waters y líder del grupo Blondie. Todo un icono viviente del rock, al igual que Janis Joplin. Gospel according to Janis será el segundo biopic basado en la musa de Woodstock después de “The Rose”(1979). En aquella ocasión Bette Midler encarnó de forma convincente a la fallecida Rosa Negra y, en esta nueva revisión del mito, se pensó en la omnipresente Scarlett Johansson o Lindsay Lohan, esa gran diva de la banalidad. Si la juventud de Janis estuvo marcada por las drogas, el alcohol y otros excesos, la vida personal de Lohan no tiene nada que envidiar y la ex chica Disney está haciendo méritos para protagonizar su propio biopic junto a su compañera de juergas, Britney Spears. Si Walt levantase la cabeza y contemplara a semejantes trasnochadas se quedaría tal y como está: helado.
OTROS TÍTULOS

- CONTROL (Anton Corbjin). El afamado realizador de los videclips “Personal Jesus” (Depeche Mode) o “Heart-Shaped box” (Nirvana) debuta como cineasta en este biopic con nombre de preservativo basado en el malogrado Ian Curtis, con quien trabajó personalmente como fotógrafo. Sam Riley emula al líder de Joy Division, víctima de ataques epilépticos y convertido en un icono al ahorcarse con 23 años mientras escuchaba la canción “The idiot” de Iggy Pop.

-DEEP IN DREAM. Josh Harnett interpretá a Chet Barker. Trompetista cool, adicto a la heroína y fallecido en la más absoluta de las miserias a finales de los 80.

- THE DIRT. Biografía de los hard rockeros Mötley Crue contada por sus propios protagonistas Mick Mars y Tommy. Dirigida por Larry Charles, ingenioso guionista de la serie Seinfeld, el veterano actor Christopher Walken se vestirá de su compañero generacional Ozzy Osbourne y Val Kilmer hará lo propio con David Lee Roth.

lunes, 10 de septiembre de 2007

EL SÍNDROME DE DINO-GENES

Si hay algo que me gusta del mes del septiembre son los anuncios televisivos, con esos coleccionables bizarros que inundan de color los quioscos de nuestro barrio. Hemos visto desaparecer a los videojuegos del Spectrum, la revista Micromania, los cassettes con chistes de Arévalo o a las ingeniosas portadas de El Víbora, pero los coleccionables permanecen ahí, inalterables al paso del tiempo, con sus descomunales cartones, fascículos y accesorios.
Abanicos del mundo, cuentos de calleja, muñecas de porcelana, coches de bomberos a escala... todos ellos con una suculenta oferta de lanzamiento. Un gancho para los que sufren el síndrome de Diógenes, que consiste en acumular basura de forma desmesurada (como hace la directiva del Atlético de Madrid cada pretemporada).
Confieso que de pequeño yo también piqué con una de estas colecciones interminables. Se trataba de una sobre dinosaurios y en cada número incluían la pieza de un esqueleto de Tyranosaurus Rex que brillaba en la oscuridad (como triunfaban los fluorescentes en al generación de los 80). Mis padres dicen que antes de aprender a hablar ya sabía dibujar dinosaurios, siempre sentí una gran fascinación por estas criaturas, una fiebre que se vería aumentada con el estreno de Jurassic Park.

El éxito de la película de Steven Spielberg motivó el lanzamiento de este coleccionable y demás sucedáneos prehistóricos, incluso unas galletas con forma de triceratops y estegosaurios. Curiosamente, esta semana descubrí una versión mejorada y aumentada de esta colección, que se completa con un dinosaurio del tamaño de un niño de doce años. Como en aquella ocasión, pensé que este resurgir mediático de los grandes saurios que un día dominaron la tierra vendría precedido por algo, tal vez una nueva película o una serie de éxito en Estados Unidos, así que entré en imdb y descubrí una noticia más aterradora que el sonido de las pisadas de un T-Rex: ¡están preparando una secuela de Jurassic Park para 2008!.
Más info en http://www.imdb.com/title/tt0369610

El argumento no lo firmaría ni el Uwe Boll menos inspirado. Sin justificación alguna, los dinosaurios han renacido y el gobierno los está criando clandestinamente para convertirlos en perfectas máquinas de matar, con armaduras y munición incluidas. Armas de destrucción masiva con patas para defender los intereses del Imperio. El responsable de este disparatado guión es John Sayles, viejo conocido de la Factoría Corman (especialista en “animaladas”) que sigue viviendo de la gloria alcanzada con “Piranha” o “Alligator”. El reparto original (Sam Neill, Jeff Goldblum y Laura Dern) se ha ido sucediendo a lo largo de la saga, en función de sus necesidades económicas del momento. Goldblum se dejó ver en “El Mundo Perdido”, Sam Neill aceptó aparecer en la ridícula tercera entrega y, ahora, una desaprovechada y olvidada Laura Dern (que no levanta cabeza desde “Corazón Salvaje”) podría hacer lo propio en la cuarta parte a cambio de un puñado de dólares.
Esperemos que solo se quede en un rumor y no contribuya a hundir un poco más esta, ya de por sí, devaluada saga. Pero después de ver resurgir a Rocky, Indiana Jones o (próximamente) Rambo, todo es posible. De hecho, podrían juntar a todas estas viejas glorias y hacer una nueva película. Se me ocurre un título: Geriatric Park (Parque Geriátrico).

jueves, 6 de septiembre de 2007

WONDERFOOL COSMETICS este domingo en UN PLANETA DE TENTACIONES


El trío madrileño de electro-rock Wonderfool Cosmetics es uno de los candidatos a los premios MTV Music Awards. Antes del verano su guitarrista Christian y su cantante Ruth Díaz visitaron el programa para presentar su album debut y este domingo volveremos a hablar con Ruth sobre la actualidad del grupo que más nos ha hecho bailar en los últimos meses.
Como adelanto, un video de su single "Profound State", que personalmente me recuerda bastante por su estética a la serie "Nip Tuck" (la única que ha conseguido engancharme después de "A dos metros bajo tierra"). Buena culpa del resultado final la tiene su director Pedro Calleja, cinefago de pro que, entre otras muchas cosas, selecciona las películas que se proyectan en el Cinemad.
Recuerda, la cita con Wonderfool Cosmetics es este domingo 9 de septiembre a partir de las 23:00 en el 93.5 FM (Madrid), 91.5 FM (Toledo) y desde cualquier parte del mundo en www.radiotentacion.com

PD. Disculpas por la tardanza en actualizar el blog, la primera semana de septiembre siempre es complicada...

MAMÁ, ¿SOY RARO?

Seguro que Tim Burton formuló esta pregunta más de una vez a sus progenitores durante su infancia. Director prematura, a finales de los 80 debutaría en televisión firmando un episodio de la mítica serie "Alfred Hitchcock presenta", al que seguirían algunos trabajos para la Disney y su sorprendente debut Las aventuras de Pee Wee. Su caricaturesca revisión del género fantástico en Bitelchus, regida por unos parámetros estéticos propios presentes a lo largo de su dilatada carrera, hizo el resto. Las dos primeras entregas de Batman, el biopic de Ed Wood, el homenaje a la sci-fi más casposa en Mars Attacks!, la edulcorada Big Fish, el fallido remake de El planeta de los simios, su oscura revisión de Pinocho en Eduardo Manostijeras o su impagable aportación al género de la animación en Pesadilla antes de Navidad (que no es una marca de bolsos y complementos para pseudogóticas modernas que escuchan a HIM, como mucha gente cree) destacan en una carrera dedicada íntegramente a la fantasía.

Reivindicado por los eternos aspirantes a intelectuales, a sus 49 años Tim Burton es uno de los pocos artistas que camina cómodamente por el estrecho alambre que separa la independencia de la comercialidad sin caer a la red. Así lo demuestra el León de Oro que recibió el miércoles en el Festival de Cine de Venecia a manos de Johnny Depp, actor fetiche y Sancho Panza particular de este extravagante Quijote. Durante el acto, le preguntaron cuál era su obra favorita y el realizador respondió: "Me siento extrañamente cercano a todas, todas tienen un lugar en mi corazón". Buen regate.
Para los no iniciados, recomiendo el visionado de las adaptaciones de Poe realizadas por Roger Corman y las películas de los años 50 en las que participó Ray Harrihausen, la mejor forma de conocer las influencias que marcaron a Burton cuando apenas era un adolescente. Otra recomendación, el videoclip "Bones" del grupo de Las Vegas The Killers, aparte de ser el mejor tema de su segundo disco, es el primer videoclip dirigido por este inquietante cineasta.
Por último, para los que Burton les importe menos que cero, que busquen en Google fotos de su ex mujer Lisa Marie (especialmente un posado en la playa junto a Jeff Goldblum). Así comprenderán porqué en el famoso sketch de "La hora chanante" dicen que a Burton le gusta por igual el muslo y la pechuga.

sábado, 1 de septiembre de 2007

SOY MARXISTA (CINEMATOGRÁFICAMENTE HABLANDO)

La última semana del mes de agosto es una de las peores para los periodistas. Entre el síndrome post vacacional y la escasez de acontecimientos en un verano que está dando sus últimos coletazos, los temas son estirados hasta lo inverosímil para cubrir los espacios informativos.
Este año no ha sido así, más bien ha pasado justo lo contrario. En estos siete días ha habido saturación de noticias, pero noticias sobre las que nunca te gustaría tener que escribir. La gran actriz Emma Penella, el prometedor futbolista Antonio Puerta, los controvertidos escritores Paco Umbral o José Luis de Vilallonga, y la artista Blanca Sánchez (de la que apenas se ha hablado y fue figura clave en la denominada “movida madrileña”) han muerto sucesivamente, como fichas de dominó cayendo en una diabólica jugada.

No voy a ser yo quien escriba sobre ellos. No les conocí y no creo que aporte nada que no se haya dicho ya en los medios. Pero cuando tantas pérdidas vienen seguidas, es inevitable que se eclipsen entre sí y no se valoren adecuadamente, que se olviden rápido, que se les reste importancia. El ejemplo más claro es el de Groucho Marx y Elvis Presley.
En mi modesta opinión, Julius Henry Marx (Groucho) ha sido el mejor humorista de todos los tiempos. El más rupturista, innovador, personal, ácido, desconcertante, imprevisible y genial. Una pieza clave en el paso del cine mudo al sonoro, con un estilo arrebatador que todavía sigue vigente, sin perder ni un ápice de su frescura. El peor de sus títulos en la etapa de la Paramount o la Metro (años 40) es más desternillante que el momento más inspirado de cualquier monologuista actual. En pleno siglo XXI seguimos haciendo chistes zafios sobre mujeres aparcando y, siete décadas antes, Groucho firmaba frases como “No deseo pertenecer a ningún club que acepte como socio a alguien como yo", “El matrimonio es la principal causa de divorcio”, “Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero… pero cuestan tanto” o la archiconocido (que muchos se han autoatribuido) “¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?”. Eso es talento y, el que no le vea así, que siga riéndose con series como “American dad” o la versión española de “Matrimonio con hijos”.

Lejos de la gran pantalla, su vida personal no fue menos interesente. Hijo de inmigrantes alemanes, huyó de la guerra, debutó como cantante a los 15 años y se casó tres veces. Nada extraño siendo el autor de citas como “El matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución”.

En 19 de agosto de 1977 falleció a causa de una neumonía. Tres días antes había muerto Elvis Presley. El decadente final del Rey del Rock copaba todas las portadas y eclipsó totalmente la irreparable pérdida de Groucho Marx.
Como anécdota, su último cinematográfico fue en la película “Skidoo” (Otto Preminger, 1968), donde interpretó a Dios. Un dios de la comedia que nos dejó hace 30 años.