sábado, 26 de enero de 2008

La maldición del JOKER

“Se lo advertí, ya le hablé de la maldición del Joker y no me hizo caso. No me sorprende lo que ha sucedido”. Así respondió Jack Nicholson a los periodistas que le preguntaron por la muerte de Heath Ledger. Mientras Mel Gibson, Nicole Kidman o Cate Blanchett usaban términos como gran tragedia o triste pérdida, Jack se desmarca y contribuye a engrandecer la leyenda negra de Joker.
Una historia que comienza con el cubano César Romero, el intérprete de Joker (traducido como El Arlequín) en la entrañablemente casposa serie televisiva de los 60 que protagonizaba Adam West. Romero no era pariente de George A. pero si de José Martí, o eso aseguraba para aumentar su popularidad entre la jet set de Hollywood. Gran seductor cuando se desprendía del maquillaje, fue de los primeros actores en reconocer abiertamente su homosexualidad, lo que provocó que su carrera (donde imperaban papeles de machote) se fuera al traste y acabase en el olvido absoluto, salvo por algún cameo esporádico en Falcon Crest.

En noviembre del año pasado, Jack Nicholson aseguró en una entrevista que no le había sentado nada bien que Chistopher Nolan no hubiese contado con él para su película Batman: The Dark Knight, argumentando que nadie conocía mejor que él a este supervillano del cómic. “Es al papel que más cariño tengo de toda mi carrera, espero que Ledger tenga suerte, porque la va a necesitar…” aseveró Nicholson. Esa misma semana, en una entrevista publicada por el New York Times, el joven actor australiano dijo “No me siento orgulloso de mi trabajo. Siento que pierdo el tiempo repitiéndome a mí mismo, me sucede con cada cosa que hago”. Que Adam Sadler o Eddie Murphy lo digan tiene un pase, pero un actor que ha pasado de hacer comedias para tontiañeras a trabajar con Ang Lee, Terry Gilliam o encarnar a Bob Dylan, resultan tan desconcertante como sus siguientes palabras: "Tengo miedo de defraudar a los millones de fans que la saga tiene en todo el mundo, que todavía conservan indeleble en su retina la célebre interpretación del villano que hizo Jack Nicholson en el Batman de Tim Burton". Quizás abrumado por esa enorme responsabilidad, Ledger se encerró durante todo un mes en una habitación de hotel (no sabemos si sería el Hotel Overlook) para preparar al personaje. "Joker es un psicópata, un payaso esquizofrénico cuya interpretación me ha dejado exhausto. Es inevitable que un papel así deje secuelas en tu carácter”.

Los ejecutivos de la Warner tendrán ahora que hacer frente a al promoción de la nueva película de Batman sin la presencia de Heath Ledger. En esta sexta entrega de la saga (que, en verdad, debería ser la cuarta porque la 3 y la 4 no merecen ser recordadas) el actor que daba vida al primerizo Joker era clave para la difusión y se había comprometido a asistir a los preestrenos de las principales ciudades. Perderán promoción pero, como pasó con El Cuervo y el malparado Brandon Lee, su inesperada muerte atraerá a muchos morbosos a las salas de ciney contibuirá a que esta cinta sea catalogada "de culto".