lunes, 21 de enero de 2008

El empacho de Corbacho

Estamos de lunes. Este fin de semana me reencontré con un amigo que lleva ya un tiempo luchando en ese mondo canibale, mondo salvaje que es la televisión y me dijo hace meses que no escribo nada sobre la pequeña pantalla en este blog. Razón no le falta y hay muchos temas que podría analizar en la sección de tvfobia, por eso hoy comenzaré con el espacio que emiten esta noche en Antena 3 Peta Zetas, que todo indica que no durará mucho y, si apuro un poco más, lo mismo lo han retirado de la parrilla.

Su nombre hace clara alusión a la imaginería ochentera y esos chirriantes caramelos que explotaban en la boca y, según una leyenda urbana, su combinación con Coca Cola podría ser mortal. Lo retro está de moda y ahora lo moderno es hablar del pezón gate de Sabrina Salerno en Nochevieja, aunque yo prefiero la web del amigo Viru para rememorar momentos de mi infancia. Esta nueva apuesta nocturna de Antena 3 tiene en el showman José Corbacho a su arma letal, el mismo que nos liberó del tedio en la gala de los Goya, pero que sufre la maldición del secundario. Me explicó.




Corbacho tiene una agilidad mental impresionante y una capacidad para improvisar que puede salvar hasta el guión más soso. Sin embargo, funciona mucho mejor de colaborador que de presentador. Su absoluto protagonismo resulta cargante, pero si administras su histrionismo en pequeñas dosis funciona mucho mejor. Sucede igual con Jay y Silent Bob en las películas de Kevin Smith. Cuando este dúo tiene su momento estelar en Clerks o Mallrats son desternillantes, pero en el film Jay y Silent Bob contraatacan resultan excesivos, forzados, cansinos... incluso deseas que desaparezcan de la pantalla y cedan más minutos al resto del reparto.
En Crónicas Marcianas Carlos Latre también funcionaba. Sus imitaciones eran lo más destacado de la última etapa del programa de Sardá, cuando se convirtió en una sucesión de gritos y pechos siliconados. El resto de incursiones televisivas de Latre como protagonista absoluto fueron insoportables.


Al igual que Latre, Corbacho es un gran imitador, pero además le supera en imaginación e ironía. Esto no justifica que durante más de una hora se pavoneé por el plató entre gritos histéricos, movimientos espasmódicos y americanas coloristas. Para rematar, su equipo de colaboradores no acompaña y están liderados por el deleznable Enrique del Pozo. El protagonista de la sci-fi cañí Las aventuras de Enrique y Ana se merece un post para él solito, pero será más adelante. De momento, se aceptan apuestas sobre el tiempo que durará Peta Zetas en antena.