sábado, 19 de abril de 2008

EL ARTE DE NO HACER NADA

Pasear por el centro de Madrid me resulta reconfortante, especialmente ir a La Metralleta o al Yunke a remover los cajones de los vinilos, donde casi siempre termina cayendo uno para mi colección. Me gusta comprobar que esas tiendas, al más puro estilo de la película Alta Fidelidad, permanecen abiertas y todavía tienen sus asiduos. Como si formasen parte del mobiliario urbano de la capital, inalterables al paso del tiempo, igual que las estatuas vivientes de la Calle Preciados, especialmente el tipo ese con gabardina, paraguas del revés y pelo de puntos que simula ser arrastrado por el viento. Es curioso, pero nunca entendí donde está el mérito de las estatuas vivientes. No entiendo porqué tengo de echar dinero a alguien por el simple hecho de no moverse, me resulta contradictorio cuando a mí en el trabajo me pagan por moverme (y mucho).

Esta peculiar forma de ganarse la vida sin hacer nada ha alcanzado su versión 2.0 con Internet, gracias a un adolescente holandés que cobra 11.000 euros al mes por pasarse el día tumbado en la cama de su habitación, grabarse con una webcam y emitirlo por la red. Se trata de Yde Van Deutekon, estudiante de Ingeniería de 22 años, quien cierto día viendo un reality show empezó a darle vueltas a una idea: cómo forrarse sin mover un día. Seguro que todos nos hemos planteado esto alguna vez, pero lo más parecido es ser nombrado Eurodiputado y para eso hay que estudiar mucho. El holandés de apellido impronunciable fue más allá y se planteó un reto tan inverosímil como rentable: pasar el mayor tiempo posible delante de una webcam, acostado en la cama y sin salir de su cuarto, al tiempo que pedía a los visitantes de su web una recompensa por su “esfuerzo” en forma de donación económica. Desde febrero, cuando comenzó su encierro voluntario, ya ha superado los 12.000 euros (a.k.a dos millones de pesetas).

Debido al éxito, Van Deutekom decidió añadir un chat para dialogar con sus “fans” y, más tarde, se animó a comprar un dominio internacional donde se anuncian empresas como Fujitsu y Lego, amenazando que, mientras siga habiendo clientes dispuestos a anunciarse y pagar 100 euros por banner, continuará tumbado en su cama 24 horas al días, aunque incluyendo nuevas propuestas como ver las peores películas de la historia en un mismo día (¿optará por Uwe Boll o por el cine español?) o pasar una semana comiendo únicamente pizza. Las estatuas vivientes de la Puerta del Sol (ese cowboy de color cobre...) lo mismo también se plantean dar el paso hacia la blogosfera y abandonan las calles del centro, pero espero que la gran red no acabe con las entrañables tiendas de vinilos.