lunes, 10 de septiembre de 2007

EL SÍNDROME DE DINO-GENES

Si hay algo que me gusta del mes del septiembre son los anuncios televisivos, con esos coleccionables bizarros que inundan de color los quioscos de nuestro barrio. Hemos visto desaparecer a los videojuegos del Spectrum, la revista Micromania, los cassettes con chistes de Arévalo o a las ingeniosas portadas de El Víbora, pero los coleccionables permanecen ahí, inalterables al paso del tiempo, con sus descomunales cartones, fascículos y accesorios.
Abanicos del mundo, cuentos de calleja, muñecas de porcelana, coches de bomberos a escala... todos ellos con una suculenta oferta de lanzamiento. Un gancho para los que sufren el síndrome de Diógenes, que consiste en acumular basura de forma desmesurada (como hace la directiva del Atlético de Madrid cada pretemporada).
Confieso que de pequeño yo también piqué con una de estas colecciones interminables. Se trataba de una sobre dinosaurios y en cada número incluían la pieza de un esqueleto de Tyranosaurus Rex que brillaba en la oscuridad (como triunfaban los fluorescentes en al generación de los 80). Mis padres dicen que antes de aprender a hablar ya sabía dibujar dinosaurios, siempre sentí una gran fascinación por estas criaturas, una fiebre que se vería aumentada con el estreno de Jurassic Park.

El éxito de la película de Steven Spielberg motivó el lanzamiento de este coleccionable y demás sucedáneos prehistóricos, incluso unas galletas con forma de triceratops y estegosaurios. Curiosamente, esta semana descubrí una versión mejorada y aumentada de esta colección, que se completa con un dinosaurio del tamaño de un niño de doce años. Como en aquella ocasión, pensé que este resurgir mediático de los grandes saurios que un día dominaron la tierra vendría precedido por algo, tal vez una nueva película o una serie de éxito en Estados Unidos, así que entré en imdb y descubrí una noticia más aterradora que el sonido de las pisadas de un T-Rex: ¡están preparando una secuela de Jurassic Park para 2008!.
Más info en http://www.imdb.com/title/tt0369610

El argumento no lo firmaría ni el Uwe Boll menos inspirado. Sin justificación alguna, los dinosaurios han renacido y el gobierno los está criando clandestinamente para convertirlos en perfectas máquinas de matar, con armaduras y munición incluidas. Armas de destrucción masiva con patas para defender los intereses del Imperio. El responsable de este disparatado guión es John Sayles, viejo conocido de la Factoría Corman (especialista en “animaladas”) que sigue viviendo de la gloria alcanzada con “Piranha” o “Alligator”. El reparto original (Sam Neill, Jeff Goldblum y Laura Dern) se ha ido sucediendo a lo largo de la saga, en función de sus necesidades económicas del momento. Goldblum se dejó ver en “El Mundo Perdido”, Sam Neill aceptó aparecer en la ridícula tercera entrega y, ahora, una desaprovechada y olvidada Laura Dern (que no levanta cabeza desde “Corazón Salvaje”) podría hacer lo propio en la cuarta parte a cambio de un puñado de dólares.
Esperemos que solo se quede en un rumor y no contribuya a hundir un poco más esta, ya de por sí, devaluada saga. Pero después de ver resurgir a Rocky, Indiana Jones o (próximamente) Rambo, todo es posible. De hecho, podrían juntar a todas estas viejas glorias y hacer una nueva película. Se me ocurre un título: Geriatric Park (Parque Geriátrico).

1 comentario:

Anónimo dijo...

La apabullante escasez de ideas que sufre el cine en general, y más el fantástico en particular, hace que no resulte muy extraña la idea de resucitar a los spielbiergosaurios, una de las mayores máquinas de estrujar el bolsillo al respetable en la historia del séptimo arte. Lo que parece mentira es que un autor como el brillante John Sayles se digne a participar en semejante despropósito. No obstante y pesar de este patinazo seguirá teniendo todo mi respeto, como el de la mayoría de aficionados al fantaterror, por tratarse del artífice de guiones como los de "Aullidos", "Piraña" o "La bestia bajo el asfalto".

Este tipo de bodrios inherentes a la tendencia fílmica actual cada vez aferran con mayor fuerza una convicción en mi estrambótica mollera: antes de la infografía (a excepción de rarezas como los bichejos de "Starship Troopers" o la magnífica trucha-sepia mutante de "The Host"), los monstruos molaban más. A ver si mejora el panorama, aunque lo dudo.