miércoles, 2 de enero de 2008

El año que el INDIE se hizo mayor

Analizando musicalmente el 2007 es inevitable hacer referencia a The Gossip, Band of horses, Wilco, Radiohead, Arcade Fire o White Stripes. La categoría de “grupos de culto” siempre había estado ligada a la intelectualidad, a las minorías, y muy reñida con los charts y listas de ventas. Sin embargo, en el año que terminó pudimos ver a los veteranos Modest Mouse moviéndose cómodamente en el top ten estadounidense, entre los paraguas de Rihanna y la magia de Springsteen.

Los más escépticos aseguran que la mayoría de estas bandas lanzaron sus discos al mercado entre los meses de febrero y junio, aprovechando la temporada de sequía pre-veraniega para llegar a lo más alto. En mi opinión, esta teoría cae por su propio peso, pues todos los años ha habido primaveras y nunca vivimos una situación similar. Creo que todo es producto de las escasas pretensiones de estas bandas que, a diferencia de las bandas mainstream, no tienen prisa en llegar a la cima y saben que la música es una carrera de fondo. White Stripes o Modest Mouse han recorrido las carreteras durante más de una década antes de ocupar las portadas de revistas, mientras que otros hypes están en boca de todos sin apenas haber ofrecido un par de conciertos, con una trayectoria tan efímera como su momento de gloria. ¿Quién se acuerda de Fountains of Wayne?. ¿Quién recordará a The Fray el año que viene?.

Por la parte que me toca, muchos de los seguidores de estas bandas rondan la treintena y, aunque sus sueldos no son desorbitados, empiezan a tener un dinerito para sus pequeños caprichos, para esos vicios musicales como ediciones deluxe, revistas especializadas, conciertos y festivales. Mientras, lo que están en el instituto tienden a descargarse absolutamente todo, para luego almacenarlo en un DVDr y no volverlo a escuchar.


El caso de Jack White y Megan Stripe es el más ilustrativo. Desde su debut han firmado discos brillantes, acompañados de una acertada estética y unos impecables videoclips. Son inteligentes, no han dejado nada para la improvisación y, en esa estrategia, nunca estuvieron presionados por nadie con corbata para vender millones de discos. Han aparecidos en series de televisión, bandas sonoras y anuncios, factor que indudablemente les ha ayudado, pero nunca lo han buscado.


Hemos comenzado el año con la consagración de Band of Horses, vibramos con la canción de No cars go de Arcade Fire, recordaremos por mucho tiempo los magníficos de conciertos de Cat Power o Wilco en nuestro país, estamos expectantes ante el regreso de Death Cab for Cutie y, en breve, podremos comprobar en el segundo asalto de The Gossip si lo suyo es flor de un día o han venido para quedarse. No me gusta crecer, pero así da gusto cumplir un año más.

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