El verano pasado entrevisté a Pajares en el documental Mi nombre, Madrid (Telemadrid) y no cobró nada porque en ningún momento habló de su vida personal. Gestionar la entrevista fue una odisea, con continuos cambios de fecha. Llegó a la grabación en el Hotel Miguel Ángel con dos horas de retraso y su piel lucía un color más amarillo que la de Homer Simpson. El director de fotografía se ganó el sueldo para intentar que en pantalla pareciera medianamente humano. Su atuendo debía pertenecer a las sobras del vestuario de Los bingueros o Los energéticos. Ni Viruete se atrevería la americana azul cielo que llevaba, encima de una camiseta sin mangas ultraceñida. Con mucho esfuerzo dialéctico, intenté que no se fuera de las preguntas y, una vez montada la entrevista, incluso parecía bastante cuerdo, con unos momentos de lucidez impropia de ese esperpento que se pasea por los platós de televisión hablando del hijo, la hija y la madre que los parió।
Estaba ilusionado con su 50 aniversario como profesional, con volver a sentirse actor, pero ese entusiasmo no se ha visto correspondido por el público y las consecuencias de la decepción están siendo letales. Más allá de la persona y el personaje, me quedo con su interpretación de Makinavaja, genial adaptación del cómic de Ivá, y su frase “En un mundo sin moral ni ética, solo nos queda la estética" tras disparar a un comisario torturador. No descartó que, en su próximo escándalo, reviva una escena similar a ésta de “el último choriso”.
2 comentarios:
Pajares es un grande del humor español, yo todavia me parto con sus pelis, sobre todo con el Maki. L serie de tv no estaba mal, pero sin él no era lo mismo.
Entrevistaste a Pajares? cada vez que sale en la tele con algún periodista está super alterado, cualquier día se lia a leches con alguno... a ti no te montó ninguna?
Tan pronto entrevistas a Marky Ramone como te escribes un reportaje sobre Pamela Anderson o le haces preguntas a Pajarés, si es que vales pa'tó! jejejeje
Besos!
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